¡Saludos a todos y todas!
Volvemos este mes con el Carrusel Bloguero de Juegos de Rol. Si no recordáis de qué va el tema podéis revisar las normas del Carrusel, y, si os apetece, ¡participar! El anfitrión de este mes es el blog Aviso a Roleantes, que nos trae el tema del Equipo. Por ahora, salvo en el caso de la original entrada de Aker Codicem, se ha tratado el tema desde un punto de vista bastante cercano a D&D y similares. En estos juegos el equipo es un símbolo de progreso del personaje y además es muy habitual encontrar objetos mágicos (raro es el personaje que no lleve uno antes del nivel 3).
Yo, siempre disidente (jaja) voy a tratar este tema en relación a juegos donde el equipo no es tan común, centrándome concretamente en el equipo pagado por los jugadores al empezar.
Como ejemplo muy cercano y como referencia, usaré 7º Mar. En la partida que dirijo ahora uno de los jugadores tiene una espada en herencia, a la que, por acuerdo, decidimos que era algo mejor que una normal. Además, fue un regalo del padre del personaje y tiene un valor sentimental que le haría matar por ella.
¿Qué puede hacer el master con ese objeto?
Pues podemos ser muy malos, la verdad. Durante la aventura, se la han quitado al hacerle prisionero, se la han robado, la ha perdido... En general por cosas de la historia, pero siempre siempre la ha podido recuperar.
Este simple objeto, que tan solo da un dado más de daño (casi nada en 7º Mar), puede ser el desencadenante de nuevas aventuras, lo que provoque que el personaje se vea entre la espada y la pared (nunca mejor dicho) al tener que elegir entre su misión y su preciada herencia, puede ser cualquier cosa que te imagines. Una forma de chantaje, un motivo para conflictos... Y si le acarreas alguna maldición, la diversión esta asegurada.
¿Que no puede hacer?
Una cosa esta clara. El personaje ha pagado por este objeto, y generalmente habrá pagado bastante. Como ya hemos dicho, esto no es D&D y es posible que sea imposible encontrar algo similar o que se pueda tener el dinero para costearlo, así que lo que hay que evitar siempre es quitar el objeto al personaje de forma permanente. Sobretodo si no tiene opción a conseguirlo de nuevo de ninguna forma y si no tiene mucho sentido. Un ladrón robará oro, antes que una espada. Pero si roba la espada, que sea para que el personaje pueda ir tras el ladrón.
Está claro que si el personaje la pierde adrede o la lía tanto que es irrecuperable, es totalmente culpa suya, o si el mal azar es tan malo que se la quita, pues nada, pero me parecería una injusticia (y seguramente al jugador también) que algo por lo que ha perdido puntos de desarrollo, seguramente para enriquecer su historia, le sea arrebatado arbitrariamente.
Eso seguramente provocaría que la próxima vez gastase esos puntos en habilidades o en algo así.
He puesto como ejemplo 7º Mar, pero en otros juegos pasa. En Wraith, por ejemplo, donde una reliquia es algo realmente extraño. Y bueno, ya tenéis aquí mi entrada con mis locas ideas.
Ya sabéis que los comentarios son bienvenidos. ¡Un saludo!
Creo que esta visión que tienes es muy acertada, pero le añadiría un componente cultural: quizá perder una espada en una sociedad de ese tipo sea un evento parecido parecido a perder un coche en la actualidad, salvando el volumen físico del objeto, claro. Quiero decir que una investigación para recuperarla en cualquier caso es bastante posible... aunque a veces tampoco recuperas tu coche.
ResponderEliminarEso responde al contexto cultural, por supuesto. Quiero decir, en D&D hacen espadas como churros. En 7º Mar, estamos hablando de la época donde el acero se vendía a miles y el único más raro de encontrar era el vizcaíno o el toledano, que estaban bastante bien valorados. Pero por lo demás, la gente las lleva hasta para decorar.
EliminarEn otros juegos? Pues habrá otro contexto. Pero yo los coches siempre los he comparado más bien a un caballo.