
La cosa está en que hay que realizarlo sin miedo, animando a la gente a conocerlo y difundirlo para que vean en qué consiste. Últimamente éste se va abriendo paso y ya pocas veces te miran mal o dicen nada cuando juegas a rol, es más, ahora gente de toda edad, sexo y clase(por llamarlo de alguna manera) quiere probar qué es ese entretenimiento que puede durar horas sin mirar una pantalla.
Lo que yo opino es que hay que empezar por la parte más quejica, cabezona y caprichosa de la familia. Me refiero, efectivamente, a los padres. Una gran apuesta que están llevando a cabo son los cursos de "educar con el rol", orientados a organizar actividades en clubes y colegios aportando todo lo sano de este hobby a los más pequeñines. Pero esto debe ir acompañado de una educación a los mayores, y es que las nuevas generaciones son muy tolerantes, mientras que donde más cuesta desarraigar una idea es en los ya adultos.

Mis mismos padres me comentaban eso de que el rol volvía loca a la gente(sobre todo mi madre, que siempre ha sido un poco así de tradicional) y, después de tantos años, mi padre opina que mejor en casa, con una merendola, los manuales y unos dados, que en la calle con una botella de alcohol o rayando coches. Incluso a veces nos interrumpia(cortésmente y tocando la puerta) para decirnos si queriamos zumo, o sandwiches.
