¿Cómo identificarlos?
¿Sabéis ese pícaro que es un ladrón allá donde vaya, que roba a sus propios compañeros, que liga y hace gracietas todo el rato? Ese pícaro que da ganas de matarlo incluso a sus propios compañeros. He ahí un personaje fuera de lugar. ¿Os suena el paladín del mal que va con el grupo de "buenos" y allá donde va hace lo que quiere, mata por placer e incendia orfanatos? Otro personaje fuera de lugar.
Hay muchas formas de encontrar a un personaje de éstas características. Si hay alguno que no sabes cómo incluir en las historias, o que detiene la trama continuamente, o que destruye completamente la tensión del momento, puedes acusarle libremente con el dedo.
Yo llevaré un bárbaro. Yo un mago. ¡Yo un negro rapero! |
La causa
La mayoría de las veces es un jugador con ansias de llamar la atención. En este caso la solución es dura pero necesaria. Pedirle al jugador que se atenga a la ambientación y al estilo de la partida, o que no asista a la misma. Por que si no, podrá joderte toda la aventura (o incluso una campaña completa) y en muchos casos molestará también al resto de personajes. En una partida que juego, en Pendragón, alguien, accidentalmente o a conciencia, pensó que en un mundo histórico-fantástico cabía la idea de un personaje que hablara de brujas y no respetara a sus señores y fuera un tunante. El resultado fue que lo acabaron cazando como a un perro.
Hay otros casos en los que el jugador no actúa por mala fe. Seguramente solo quiera llevar un tipo de personaje que desgraciadamente no se adecua al resto del grupo. Es muy probable que el jugador pueda interpretar bien a su pj y que en otras circunstancias éste fuera digno de una aventura, pero por lo que sea, no encaja y eso puede provocar varias cosas: o que se frustre el jugador al no poder llevar plenamente a su personaje, o que el resto de jugadores se frustren por las acciones del otro, o que sea imposible llevar a cabo misiones por tener puntos de vista diferentes en los personajes. Yo siempre hago los personajes con mis jugadores y, pese a parecer un dictador, limito según que cosas en base a la trama y al grupo en general. En un grupo de Camarilla no cabe uno del Sabbat, o al menos no que lo sea abiertamente. En un ejemplo cercano, un Exalted se hizo Infernal y se presentó tan pancho al resto del grupo, que eran Solares. No hace falta decir cómo acabó la cosa...
Uuuuh, creo que me equivoqué de Secta... |
El último caso es el de la originalidad. Pongamos que quieres rolear bien, y no te haces un Sabbat en la Camarilla, pero quieres hacerte el Toreador más original del mundo, y terminas haciendo un Brujah que se muere por el arte. Esto merece un apartado aparte.
La fina línea entre la originalidad y la extravagancia.
En todos los aspectos de la cultura hay cosas que se vuelven estereotipos. Es por eso que siempre nos gusta ver lo original, lo nuevo, lo que no es tan habitual. Pero otras veces los ojos se nos quedan como platos ante tremendas barbaridades que se cometen en busca de esa "originalidad".
Yo soy el primero que busco la originalidad. Huyo mucho de los estereotipos, pero siempre intentando mantenerme en lo razonable. La base es quizás más común, y luego le añado los toques que lo hacen diferente. Mi curandera Solar era pacifista. Lo que a ella le gustaba era salvar vidas, no quitarlas. Mi elfo Shadowrunner era de los Anarquistas. En casi todos los casos intento que el pj tenga algo especial, pero no por ello se vuelva una aberración, sea a nivel de reglas o de ambientación.
Pues seré un Orco... pero con alta belleza... y me gustan las flores y me echo perfume... Ah, y tengo un poni llamado Lila. |
Aquí la solución es más difícil. Juntos, Director y Jugador, tienen que encontrar siempre la balanza entre "lo de siempre" y "lo indescriptible" y analizar bien cómo encaja este tipo de personaje en la ambientación y más concretamente en la partida.
Con un poco de mano dura en la creación de pj's y estos consejos, este tipo de personajes nunca deberían ser un problema en las partidas.
Un saludo y cualquier comentario es bienvenido!
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